A tres meses y medio de las elecciones generales, en Brasil la tensión se incrementa de manera acelerada cada día. La combinación de precios encarecidos, salarios congelados y más de 19 millones de desocupados y desencantados es una bomba para las aspiraciones electorales del capitán retirado del ejército Bolsonaro, a quien las últimas encuestas lo ubican unos 20 puntos por detrás de Lula da Silva.
