El ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo saber a los líderes de las distintas iglesias evangélicas brasileñas, que dirige el país hacia donde ellos “deseen”, en un encuentro con marcados tintes electorales celebrado en el Palacio de la Alvorada, en el que incluso lloró recordando el apuñalamiento que recibió durante la campaña de 2018.
