Se acaba 2022 y 2023 será sin dudas otro año complejo y de disputa en la geopolítica regional. En un contexto de una derecha desatada, cada vez más fascistoide y más cómoda en un discurso totalitario, queda rompió cualquier atisbo de mínimo pacto democrático y seguirá intentando llegar a los gobiernos -o mantenerse- a través de cualquier medio y con la siempre puntual y vital ayuda de los medios de comunicación hegemónicos. Un análisis de Marcos Salgado.
